A ustedes, señores
administradores de los países, llámense políticos o gestores, o
banqueros, o tecnócratas encerrados en despachos, manipuladores de
masas, comerciantes de la pirateria multinacional, exterminadores de
paises y personas, usureros de la lluvia y de la tierra, del pan y de
la lana, creadores de mentiras y engaños, pretendidos expertos en la
salud y el bienestar de la humanidad.
Quiero hacerles saber,
aunque sé que les da igual, pues tant solo soy un número más en
sus operaciones y estadísticas, que no les creo. No creo ni una sola
palabra de lo que cuentan, ni de lo que dicen que son o representan.
Quiero hacerles saber que no creo en vuestra amada democracia, no les
voto y que no les votaré jamás, a todos ustedes, sin distinción de
colores, tendencias o creencias. Se merecen menos atención que la
mosca que ahora mismo sobrevuela mi plato de sopa. Puedo llegar a
respetarles como criaturas de la tierra, igual que respeto a una
hormiga o a un elefante, pero bajo ningún concepto les considero
“hombres”, y no me refiero al género, sinó a la esencia del ser
humano. Quizás puedan auto-denominarse “animales racionales”,
pero eso no implica que puedan o deban ser colocados por encima, y ni
tan sólo a la altura, de cualquier animal por simple que sea su
organismo, pues ellos conocen lo que les rodea, y la necesidad y
obligación que de ello tienen.
Ustedes, a mi entender, y
si se les puede colocar en algún lugar, están incluso por debajo de
los animales, por lo que el único adjetivo que se aprecia es el de
infrahumanos. Carecen de capacidad de reflexión más allá de su
egótica figura, sin capacidad de observación de la verdadera
necesidad del ser humano, sin nobleza ni respeto para con el resto
del mundo.
Quiero hacerles saber que
no reconozco su autoridad. No se me asusten, al no merecerse ni un
segundo de mi atención, no pretendo desbancarles de su trono de
cartón-piedra. Les respeto como seres humanos, aunque repito,
discrepo de esta definición, pero muchos de ustedes, por sus
decisiones, acciones, actitudes y ejemplos que dan a la gente que
intentan o se creen representar, no se merecen ese tal apelativo...
Son simplemente almas en pena, vagando perdidas por su paraíso de
pasiones materiales, que no han entendido nada, ni pretenden
entenderlo, ni siquiera disfrutar descubriendo lo que realmente
significa ser Humano, y mucho más lo que significa estar vivo.
Se llenan la boca, y
llenan la cabeza a los demás, con conceptos y valores más falsos
que un duro de madera, engañando a la gente que por inercia se mueve
de un lado a otro por pura reacción refleja. Han conseguido lo que
querían, ya tienen dinero, ya tienen poder... ¿Que más quieren?
¿Se lo han planteado con sinceridad que pasará cuando se vayan de
cabeza al agujero? No se van a poder llevar todo lo que van
acumulando en vida, eso sí... dejaran un bonito mausoleo, en el
cual, su ego, ahora sí podrá vagar encerrado eternamente.