miércoles, 9 de mayo de 2012

Carta abierta... o cerrada


A ustedes, señores administradores de los países, llámense políticos o gestores, o banqueros, o tecnócratas encerrados en despachos, manipuladores de masas, comerciantes de la pirateria multinacional, exterminadores de paises y personas, usureros de la lluvia y de la tierra, del pan y de la lana, creadores de mentiras y engaños, pretendidos expertos en la salud y el bienestar de la humanidad.

Quiero hacerles saber, aunque sé que les da igual, pues tant solo soy un número más en sus operaciones y estadísticas, que no les creo. No creo ni una sola palabra de lo que cuentan, ni de lo que dicen que son o representan. Quiero hacerles saber que no creo en vuestra amada democracia, no les voto y que no les votaré jamás, a todos ustedes, sin distinción de colores, tendencias o creencias. Se merecen menos atención que la mosca que ahora mismo sobrevuela mi plato de sopa. Puedo llegar a respetarles como criaturas de la tierra, igual que respeto a una hormiga o a un elefante, pero bajo ningún concepto les considero “hombres”, y no me refiero al género, sinó a la esencia del ser humano. Quizás puedan auto-denominarse “animales racionales”, pero eso no implica que puedan o deban ser colocados por encima, y ni tan sólo a la altura, de cualquier animal por simple que sea su organismo, pues ellos conocen lo que les rodea, y la necesidad y obligación que de ello tienen.

Ustedes, a mi entender, y si se les puede colocar en algún lugar, están incluso por debajo de los animales, por lo que el único adjetivo que se aprecia es el de infrahumanos. Carecen de capacidad de reflexión más allá de su egótica figura, sin capacidad de observación de la verdadera necesidad del ser humano, sin nobleza ni respeto para con el resto del mundo.

Quiero hacerles saber que no reconozco su autoridad. No se me asusten, al no merecerse ni un segundo de mi atención, no pretendo desbancarles de su trono de cartón-piedra. Les respeto como seres humanos, aunque repito, discrepo de esta definición, pero muchos de ustedes, por sus decisiones, acciones, actitudes y ejemplos que dan a la gente que intentan o se creen representar, no se merecen ese tal apelativo... Son simplemente almas en pena, vagando perdidas por su paraíso de pasiones materiales, que no han entendido nada, ni pretenden entenderlo, ni siquiera disfrutar descubriendo lo que realmente significa ser Humano, y mucho más lo que significa estar vivo.

Se llenan la boca, y llenan la cabeza a los demás, con conceptos y valores más falsos que un duro de madera, engañando a la gente que por inercia se mueve de un lado a otro por pura reacción refleja. Han conseguido lo que querían, ya tienen dinero, ya tienen poder... ¿Que más quieren? ¿Se lo han planteado con sinceridad que pasará cuando se vayan de cabeza al agujero? No se van a poder llevar todo lo que van acumulando en vida, eso sí... dejaran un bonito mausoleo, en el cual, su ego, ahora sí podrá vagar encerrado eternamente.